Chistes del Día
Doctor, me duele la espalda de cargar tanto peso.
– ¿Ha probado hacer ejercicio? – Sí, doctor, pero lo dejo porque me duele la espalda.
Doctor, tengo un problema de gases.
– ¿Ha probado cambiar su dieta? – ¿Para qué? Si ya tengo sonido estéreo.
Doctor, me duele la cabeza cada vez que me tomo un whisky.
– ¿Y ha probado dejar de tomar whisky? – No, doctor, prefiero dejar de tener cabeza.
Doctor, mi esposa cree que es gallina
– ¿Y por qué no la ha traído antes? – Porque necesitábamos los huevos.
Doctor, mi esposo habla dormido. ¿Qué hago?
– Déjelo, señora. – Pero es que habla con otra mujer.
Doctor, tengo un problema de insomnio.
– Ah, ¿y ha probado a contar ovejas? – Sí, pero cuando llego a 100 me da hambre y voy por un cordero asado.
Doctor, siempre que tomo café me duele el ojo.
– ¿Ha intentado sacar la cuchara de la taza antes de beber?
Doctor, doctor, tengo el corazón partido
– ¿Cómo le pasó eso? – Escuché demasiadas canciones de Arjona.
Doctor, creo que tengo complejo de inferioridad.
– No se preocupe, no es un complejo… es realidad.
Doctor, doctor, veo elefantes rosas por todos lados.
– ¿Ha visto ya a un psicólogo? – No, solo elefantes rosas.
Gallego en la tienda de disfraces
—Buenas, quiero un disfraz de vampiro. —Señor, eso es un disfraz de Superman. —¡Es que soy un vampiro con identidad secreta!
El gallego y el dentista
—Doctor, ¿me va a doler mucho? —Tranquilo, le pondré anestesia. —Ah, bueno. ¿Y duele la anestesia?
Gallego en el teléfono
—Oiga, ¿es el 911? —Sí, ¿qué emergencia tiene? —¡Que se me olvidó el número de emergencias!
Gallego y la pastelería
—Oiga, ¿tienen tartas para llevar? —Sí. —Pues póngame una y me la como aquí.
Gallego en la biblioteca
—Oiga, señorita, ¿tiene libros sobre el cansancio? —Sí, en la sección de autoayuda. —¡Uf, qué pereza ir hasta allá!
Gallego en el museo
—Mire, señor, ese cuadro es del Siglo XVIII. —¡Anda, qué coincidencia! Yo también nací en un siglo.
El gallego y la radio
—Oiga, en la radio dicen que hay un loco conduciendo en sentido contrario en la autopista. —¡Uno no, todos menos yo!
Gallego en el circo
—Oye, ¿cómo se llama el equilibrista que está sobre la cuerda floja? —No sé. —Pues si no sabes ni su nombre, no entiendo por qué te preocupas tanto por él.
Gallego en el médico
—Doctor, cada vez que tomo café me duele el ojo. —¿Y ha probado sacando la cuchara de la taza?
El gallego y el zoológico
—Señor, ¿por qué le está dando chorizo al tigre? —Porque es un tigre ibérico.
El gallego y el Wi-Fi
—Oiga, ¿tienen Wi-Fi gratis? —Sí. —¿Y cuál es la clave? —Pagar la cuenta primero.
El gallego y la escalera eléctrica
—Oye, Manolo, ¿por qué subes la escalera eléctrica corriendo? —Para ahorrar luz.
Gallego en el restaurante
—Camarero, el filete tiene muchos nervios. —Es normal, es la primera vez que se lo comen.
El gallego y el coche nuevo
—Oye, Manolo, ¿por qué llevas la televisión encima del coche? —Porque el concesionario dijo que venía con pantalla.
Gallego en el aeropuerto
—Oiga, ¿por qué está tirando pan a la turbina del avión? —Para que el motor no se quede sin alpiste.
Gallego en la zapatería
—Buenas, quiero unos zapatos número 40. —Pero señor, esos son talla 36. —Sí, pero me los llevo con calzador.
Gallego en el doctor
—Doctor, doctor, me duele aquí, aquí y aquí. —¡Pero si eso es el termómetro, Manolo!
Gallego en la ferretería
—Señor, ¿tiene tornillos? —Sí. —¿Y tuercas? —Sí. —¡Pues amárrese bien los pantalones que se le están cayendo!
El gallego y el reloj
—Oye, Manolo, ¿qué hora es? —Las cinco. —¡Pues qué raro! Mi reloj también dice lo mismo.
Gallego en el cine
—Oiga, señor, ¿por qué trae una escalera al cine? —Porque la película es de alto nivel.
Pepito y el examen de ciencias
—Pepito, ¿qué es un fósil? —Un señor muy, pero muy viejo. —Dime un ejemplo. —Mi abuelo.
Pepito y el panadero
Pepito entra a la panadería y le dice al panadero: —Señor, ¿tiene pan de ayer? —Sí, hijo, pero está duro. —Ah, pues guárdeme uno para mañana
Pepito y el examen de historia
—Pepito, dime quién fue Cristóbal Colón. —Un señor. —¿Qué hizo? —Descubrió América. —¿En qué año? —En el último año de su vida.
Pepito y la suegra
—Pepito, ¿cómo está tu suegra? —Como un pez. —¿Ah, nadando? —No, con los ojos abiertos y en el congelador.
Pepito y la pizza
—Mamá, mamá, en el colegio me llaman pizza. —¿Y tú qué haces? —¡Nada, me parto de la risa!
Pepito y los idiomas
—Pepito, ¿sabes inglés? —Of course, teacher. —Dime \"ventana\" en inglés. —Window. —¿Y \"puerta\"? —Windoors.
Pepito y el diente flojo
—Mamá, mamá, tengo un diente flojo. —Pues no lo muevas tanto. —¡Pero es el de mi abuela!
Pepito y el médico
—Doctor, mi hijo Pepito se tragó una moneda, ¿qué hago? —Pues ahorre, señora, que la vida está cara.
Pepito y la carta a Santa Claus
Pepito le escribe a Santa Claus: \"Querido Santa, este año me he portado muy bien. Bueno… más o menos. Bueno… un poco. Bueno… olvídalo, ¿qué me vas a traer de todas formas?\"
Pepito y la tabla del 2
—Pepito, dime la tabla del 2. —2x1 es oferta, 2x2 es promoción, 2x3 es descuento…
Pepito y la leche
—Mamá, en el cole me llaman leche cortada. —¿Y tú qué les dices? —¡Nada, me quedo todo agrio!
Pepito y el fin del mundo
—Mamá, mamá, en la escuela me llaman fin del mundo. —¿Y tú qué haces? —¡Nada, sigo como si nada!
Pepito y el diccionario
—Pepito, dime una palabra con \"P\". —Pistola. —Otra. —Pescado. —Otra. —Pues otra pistola.
Pepito y la confesión
—Pepito, ¿qué hiciste en la iglesia? —Jugué con el agua bendita. —¡Eso no se hace! ¿Qué te dijo el cura? —¡Fuera de la piscina!
Pepito y el examen de matemáticas
—Pepito, si en una mano tengo 4 manzanas y en la otra 5, ¿qué tengo? —Unas manos bien grandes, profe.
Pepito y la tarea
—Pepito, ¿hiciste la tarea? —Sí, maestra. —Entonces, ¿dónde está? —Se la comió mi perro. —¡Pero si eso dicen los niños cuando no hacen la tarea! —¡Sí, pero yo lo cociné primero!
El político y el circo
—¿Por qué los políticos deberían trabajar en un circo? —Porque ya tienen experiencia haciendo malabares con el dinero y distrayendo a la gente.
La fórmula mágica
—Presidente, ¿cómo solucionará la crisis? —Con mi fórmula secreta. —¿Cuál es? —Decir que la culpa es del gobierno anterior.
La maldición del político
Un político le dice a un mago: —Quiero ser eterno. El mago le responde: —¡Listo! Ahora serás recordado como el peor gobernante de la historia
El político y la memoria
—Ministro, ¿por qué no recuerda sus promesas de campaña? —Porque el olvido es la base de la política.
El político y el trabajo
—Presidente, ¿qué opina del desempleo? —Que ojalá no me toque a mí cuando termine mi mandato
El político y la gasolina
—Señor, ¿qué opina del precio de la gasolina? —No tengo idea, yo siempre la robo.
La estatua del político
Un alcalde inaugura su propia estatua y alguien pregunta: —¿Es de bronce? —No, de descaro.
El político y el perro
—Mamá, quiero un perro como el del diputado. —¿Por qué? —Porque ladra menos.
El político y el interrogatorio
—Señor, ¿puede decir la verdad bajo juramento? —¿Pero qué clase de pregunta es esa? ¡Soy político!
El político y la verdad
—¿Por qué los políticos no dicen la verdad? —Porque no pueden pronunciarla sin que les dé urticaria.
El político en el desierto
Un político se pierde en el desierto y le pregunta a un beduino: —¿Dónde estoy? —En el desierto. —¡Dime algo que no sepa! —Que nadie te va a aplaudir aquí.
El político y la Biblia
Un político jura su cargo con la mano en la Biblia y le dice al juez: —¿Es necesario tocarla? —Sí. —Pero si la toco, ¿no se me quema la mano?
El político y el loro
Un hombre compra un loro que solo sabe decir: \"¡Viva el presidente!\". —¿No puede decir otra cosa? —Sí, pero si lo hace, lo meten preso.
El político en la escuela
—Profe, ¿puedo ser político? —¿Sabes sumar? —Sí, sumar dinero a mi cuenta. —¿Sabes restar? —Sí, restar derechos a la gente. —¿Y dividir? —Sí, dividir al país. —¡Felicidades, estás listo!
El político y la calculadora
—¿Por qué los políticos no usan calculadora? —Porque no pueden dividir nada sin quedarse con la mayor parte.
El político en el cielo
Muere un político y San Pedro le dice: —Tienes dos opciones: el cielo o el infierno. El político pregunta: —¿Puedo verlos antes? Bajan al infierno y hay lujos, fiestas y diversión. Luego van al cielo y todo es paz y tranquilidad. El político elige el infierno, pero al entrar ve fuego y sufrimiento. —¡Pero ayer esto era una fiesta! —¡Ayer estábamos en campaña!
La lámpara mágica
Un político frota una lámpara y sale un genio: —Te concedo tres deseos. —Quiero riqueza, poder y que mi país prospere. —¡Escoge solo dos! —¡Está bien, que mi país prospere! —¡Ja! ¡Político tenía que ser!
El puente invisible
Un político en campaña dice: —Si gano, construiré un puente aquí. Alguien le responde: —¡Pero si no hay río! —¡Pues también haré el río!
El político honesto
—Papá, ¿qué es un político honesto? —No lo sé, hijo. Somos una familia de magos, no de científicos.
Un machista le dice a la monja:
\"Las mujeres no deberían estar en la iglesia.\" La monja responde: \"Y los tontos tampoco, pero aquí está usted.\"
Un borracho le dice al abogado:
- \"¿Usted puede defenderme?\" - El abogado responde: -\"Sí, pero no de su esposa.\"
Pepito le dice al político:
\\\"¿Usted no tiene vergüenza?\\\" El político responde: \\\"Sí, pero la dejé en mi discurso anterior.\\\"
Las Promesas
—Papá, ¿qué es un político? —Hijo, alguien que promete construir un puente donde no hay río.
Chiste
—Abogado, si gano el caso, ¿cuánto me cobra? —El 30%. —¿Y si lo pierdo? —Nada, solo mi alma al diablo.
Chiste Cortos
¿Por qué las mujeres no van al espacio? —Porque no hay señal para el chisme.
Una monja se sube a un taxi y el taxista la mira fijamente.
—¿Por qué me mira así? —pregunta la monja. —Es que siempre he tenido la fantasía de besar a una monja. —Bueno, si eres soltero y católico, puedo concedértelo. —¡Lo soy! Se besan y el taxista dice: —Perdón, mentí. Estoy casado y soy ateo. —No importa, yo me llamo Carlos y voy disfrazado.
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